miércoles, 28 de marzo de 2018

¿Qué estás pensando?

¿Qué estás pensando?, me pregunto mientras me pierdo entre mis recuerdos y un lamentable desasosiego, mientras bebo café y mantengo una mano en la adolorida espalda, mientras el largo cabello me abochorna y la barba me pica. De pronto, mi pulso se acelera, se me va el sueño y las ganas de conciliarlo, tengo ganas de correr hacia alguien o algo que no está ni sé qué o quién es. ¿Cuándo me sentí así por última vez? Miro incrédulo a la taza, sé que no fue el café; otros días he bebido litros y ahora apenas llevo media taza. Vaya que palpita con fuerza.

Días difíciles...

Eventos difíciles...

Noticias difíciles...

Me agobia un panorama del año que desearía quebrar a puñetazos, como si se tratase de un futuro en una ventana minuciosamente dibujado al que golpeo y golpeo sin que pase nada; una realidad de la que me gustaría despertar cual terrible pesadilla donde sueñas varios años de una vida mal lograda, pero ¿en qué año despertar? Me sorprendo, me rio y me doy miedo; no tengo una respuesta clara después de mucho recordar. ¿Y si desde la infancia? Aunque recuerdo muy poco de esos años, ese poco está tan detallado que me da pereza la idea de repetir, sé que no aprovecharía tal oportunidad como fantaseo.

¿Fueron sólo malas decisiones?
Antes creía que eran necesarios todos esos eventos para lo mucho que cambie, justificando el infortunio y las malas intenciones de otros; quizá sólo acciones desinteresadas de mí y de sus consecuencias en mí, quizá sigo justificando creyendo que nadie puede ser tan... Ahora los encuentro más que injustos. Y más que patéticos, pero no quienes se interesan sólo por sí mismos pues todos lo hacen en algún momento indeterminado de sus vidas, si no mis esfuerzos y mi terquedad por querer cambiar la realidad, a esas personas y sus acciones.

Incluso entre la tormenta y la penumbra tuve ratos de calma que sigo atesorando como un escuincle imbécil: como el recuerdo de la tibieza de besos bajo una tormentosa, fría y pesada lluvia que te hacen olvidar una posición completamente indefensa ante el mundo y los demás; el brillo del sol colándose a través del follaje en movimiento y de manos entrelazadas; de la brisa en las caminatas, del viento removiendo el cabello para ocultar sonrisas. Miro las palmas de mis manos vacías, ásperas, pálidas pero tibias, ¿valió la pena?
Recuerdo una ridícula y redundante queja: recuerdas demasiado el pasado.

Las personas en las que confió poco a poco se van yendo y me voy quedando ¿solo? ¿O solo ya estaba mientras intentaba evadir el hecho? Numerosas personas me contaron más de lo necesario de sus vidas y sus ideas. A veces creo que la confianza que muchos sienten para compartir esas cosas conmigo termina asustando a los confidentes de que sepa demasiado de ellos y que pueda hablar a sus espaldas, tantas veces pidiéndome ser un buen amigo, pero ¿cuántas veces fue eso correspondido? ¿Cuántas veces perdí mi tiempo, dejé planes por darle un espacio, por acudir a una charla, por acompañar un tiempo a personas que ya no están por decisión propia, sin peleas ni reclamos, ni traiciones ni regaños?
Otras personas me dicen que con el tiempo iré encontrando a esos "amigos" con las que realmente pueda desenvolverme mejor, ¿en qué? No lo he hecho todo, pero puedo decir que hice cosas que me apasionaron inmensamente, con amigos que escogieron su camino, y poco a poco las he dejado de realizar. A veces creo que pongo empeño y me apasiono en vano, sea lo que sea que haga. Recuerdo un ridículo consejo sinsentido: cuando un corazón en frenesí se quiebra suceden cosas raras.

Quizá hace falta volver a ello, aunque no le encuentre sentido, aunque me aburra, aunque destaque, aunque atraiga sin intención, aunque me parezca una pérdida de tiempo... Un tiempo que no puedo aprovechar, que no dejo de perder y con consecuencias que quizá nunca podré reparar. Quien diría que empezaría el año con un buen tropezón y un golpe en la cara justo empezando a correr. Mi esfuerzo no fue poco, mi intento no fue en vano, quizá adelante lo inevitable. Ojalá no acabe peor, ojalá pueda pensar en algo mejor.

miércoles, 7 de marzo de 2018

Un blog personal.

Quizá sería bueno comenzar esta segunda entrada con un aviso-advertencia, pues será como una probadita de mi estilo de escritura planeado a utilizar en este blog; si es que no estás acostumbrado a conocer un poco de esta faceta mía y mi ligereza al expresarme puede que te resulte bastante extraño e incluso muy ajeno a mí.

No tengo muchas ideas claras de cómo este blog me pueda ayudar, y para ser sinceros, el contenido del blog muy probablemente tendrá ese mismo aire de confusión con el que empiezo esto. Después de muchos mareos y dudas, de consultarlo con la almohada y con algunas personas muy cercanas, tras una serie de decisiones y eventos difíciles por los que he pasado y de los que seguro serán tema aquí en unos meses, simplemente me he decidido por hacerlo. He dedicado un tiempo a prepararlo y pues aquí está, mi tercer blog nombrado: Desconciertos & claroscuros.
Este blog es principalmente para las personas que ya me conocen, o para aquellas que me quieren conocer mejor, aunque no les prometo mejores resultados en tan desafortunada desventura; a su vez, que yo mismo pueda reconocer como se forman mis ideas, juicios y opiniones desde pensamientos vagos y muchas dudas.

Desde una perspectiva muy personal, sin darle tanta vuelta al texto preparándolo para publicarlo, con un desarrollo muy espontaneo, quizá hasta caótico y horrible (no lo sé, tú me puedes ayudar haciéndomelo saber con tus comentarios o un mensaje personal). Aquí escribiré las ideas que me vengan y que considere "útiles" para un futuro improbable o que simplemente necesito expresarlas de algún modo antes de que me sigan robando el sueño y el amanecer me alcance, pero que son lo suficientemente inconsistentes y poco valiosas como para colocarlas en el blog La oveja negra, mi segundo blog al que tampoco le he dedicado mucho tiempo; prometo arreglar eso, o son sólo cosas de mi agrado. En un principio pensé que La oveja negra sería el espacio perfecto para ello, me he decantado por remarcar divisiones; a fin de cuentas, he escogido ese blog para escribir con un estilo serio, aunque en mis entradas no falta el humor, pero de temas que considero valen la pena pensarse mejor y consultar opiniones valiosas de los demás (esperando que la mía pueda formar parte de esas opiniones).

Aunque espero que el aventurarme en la experiencia de administrar y escribir en tres blogs, a los que poco tiempo les he dedicado y que pocas personas han atraído, me puedan preparar para dar un siguiente paso en mi proyecto de divulgar ciencia. Tengo muchos planes que parecen brillantes, pero también lejanos y con muchos riesgos, quiero primero adquirir experiencia y afilar mi estilo, versatilidad y velocidad al escribir si planeo hacer que esto siga siendo una parte importante de mí y de mi vida. Por lo que aprovecharé para colocar de vez en cuando algunas de mis ideas para mis proyectos aquí, y no sólo dejarlo en Facebook y Twitter entre muchas otras publicaciones más.
También otras cosas que estaré publicando aquí serán críticas y opiniones más apresuradas sobre muchos temas que podría ir publicando, después de una mejor de preparación, en La oveja negra.
Ideas y preocupaciones sobre temas que toco en ¡Pío!, al mundo también serán parte de las futuras entradas de este blog, y poco a poco, esto podría irse llenando de borradores con mucho sentimiento y poca objetividad (espero que no tan poca) de mis otros dos primeros blogs.

Quizá con el tiempo identifique que necesito abrir otro blog más para aprovechar mejor el espacio que utilizo para mis publicaciones; esto me viene a recuerdo como parte de la sugerencia de algunas personas de hacer mi primer blog, ¡Pío!, al mundo, completamente dedicado a la ornitología y dedicar otros blogs a otros grupos biológicos e incluso otros blogs a otros temas científicos y tecnológicos que no involucren a organismos vivos; el detalle es que si aún tengo pendientes varias entradas sobre los temas actuales en este blog, no podría darme el tiempo para escribir más y más de otros temas en blogs especializados sin tener un sostén económico estable que me permita dedicarme a esto a tiempo completo e incluso expandirme a otras plataformas como muchos me han sugerido últimamente, como realizar vídeos de divulgación científica en YouTube, podcast de libre acceso o dar platicas en varias escuelas y congresos, algo que no solamente necesita de un impulso económico fijo, sino de un perfil académico y profesional que aún no poseo y del apoyo de otras personas.

Supongo que las ideas me seguirán viniendo: unas vagas, otras geniales y otras que podré maldecir toda la noche hasta el amanecer, pero si les doy un espacio para su permanencia y un constante recuerdo de que alguna vez las tuve quizá pueda divagar menos a la hora de cuestionarme que tan bien y que tan mal estoy haciendo las cosas independientemente de todos los infortunios y problemas que me han venido en los últimos años a patearme las pelotas. Quizá alguien más pueda aprender de mi increíble cantidad de errores y problemas por los que he pasado y pueda tener las cosas más claras al tener que pasar por decisiones importantes, si es que este blog realmente llega a tener una utilidad más allá del mero tiempo entretenido (o perdido) leyendo mis entradas.

Por ahora, espero dedicar un poco más de tiempo a presionar las teclas y publicar nuevas entradas en mis blogs y poco a poco iré encontrando a las personas con las que pueda forjar un proyecto que realmente beneficie a los demás y que sea entretenido y divertido de seguir, pero que sobre todo les enseñe a valorar y conocer mejor el mundo que les rodea. Mientras, daré mi tiempo a este blog personal que forma parte de un proyecto personal de divulgar ciencia y pensamiento crítico, racional, escéptico de una forma cercana, humana (normal), bondadosa y preocupada con y por los demás.

Presentación en Desconciertos & claroscuros.

Hola, querido lector.
Mi nombre es Alfredo Maldonado, tengo 23 años, hasta dar otra vuelta más al Sol. 

Sin romper con la tradición de las primeras entradas de mis otros dos blogs, comienzo mi primera entrada con esta presentación. Este es mi tercer blog; y como su nombre lo indica, podría ser el peor lugar para que busques certezas y críticas valiosas de mí hacia lo que tenga en mira. 
Completamente personal, de contenido aleatorio, en el que iré escribiendo mis ideas y lo que me venga a quitar el sueño y la tranquilidad, como un blog paralelo a La oveja negra, utilizaré este blog como una herramienta más para conocer mejor cómo cambian mis percepciones e ideas a lo largo del tiempo, pero aquí lo que teclee y tapee brillará por el rigor a la prisa y mi infrecuente e ineficaz búsqueda por tranquilidad, y no del rigor de la evidencia y la búsqueda de la exactitud en la realidad como he intentado en mis otros blogs. Aunque tampoco me la pasaré escribiendo estupidez tras estupidez... Espero. 

Como seguro saben (porque lo escribí en mis otros dos blogs o porque me conocen personalmente), disfruto mucho de aprender y suelo ser muy crítico con lo que aprendo, me encanta buscar a detalle información para descubrir si lo que estoy aprendiendo es real y/o certero. No me gusta conocer las cosas a medias, por lo que soy muy testarudo en conocer y aprender más. Dicho aprendizaje me ha llevado a situaciones divertidas donde la mayoría cree que tengo una profesión relacionada con el tema que toco; ojalá fuese así, por el dinero, claro. O situaciones aún más curiosas, en las que creen que mi edad es mucho mayor o que mi nivel académico es avanzado, algo frecuente desde los 15 años, más en redes sociales. 

Algo que me pidieron y recomendaron algunas personas que he conocido desde hace años fue iniciar mi propio proyecto de divulgación científica y de opinión crítica, entre otras cosas más que van por el hilo de las recomendaciones de hacer notar mis opiniones por ser medianamente buenas y bien sustentadas más allá de las redes sociales y las charlas entre comidas, salidas y otros momentos de convivencia. La oveja negra, y mi primer blog ¡Pío!, al mundo, forman parte del fruto de la insistencia de viejos amigos, un proyecto (en sus primeros y actuales pasos, personal y escrito) al que algunas personas me siguen animando desde que escribí mi primer borrador, y que incluso en el camino me he encontrado con personas que les ha agradado y me animan a seguir con ello (a pesar de mi clara ausencia de dedicación). Pues este blog se deslinda de eso, apartado de todas aquellas ideas y prejuicios (positivos, en cierta forma) que algunas personas se han hecho de mí, algo que explicaré mejor en la entrada Un blog personal

Como ya saben, pueden leerme hablando de una forma más crítica en La oveja negra, y de una forma más suave, educativa o informativa, con mucho humor y ciencia en ¡Pío!, al mundo; espero que en estos días pueda dedicarme a escribir más tiempo y publique muchas de las entradas que tengo en mis borradores y otras que les he prometido. También les invito a visitar la página de Facebook: Dr. Pío & Oveja y recomendarla con sus amigos y enemigos, conocidos y desconocidos en las listas de sus contactos, si gusta pueden dejarme un mensaje y les contestaré a la brevedad posible. También les comento que me pueden apoyar por Patreon o Paypal (próximamente), y que aquí estaré colocando muchas de las ideas que tenga para hacer crecer este proyecto de divulgación científica en el que me he embarcado. 

Espero que disfruten del contenido, no prometo nada. Nos leemos en las futuras entradas.